Los años 90 fueron más que una transición entre siglos: marcaron una época de expresión libre, contrastes audaces y cultura pop a flor de piel. La moda de esta década se caracterizó por su mezcla de estilos, su rebeldía ante lo establecido y su fusión entre lo urbano, lo grunge y lo deportivo. Hoy, más de dos décadas después, muchas de esas tendencias han vuelto a las pasarelas y a las calles, en una ola de nostalgia que demuestra que el estilo noventero sigue más vivo que nunca.
Uno de los emblemas más claros de los 90 fue el grunge, una corriente nacida en Seattle e impulsada por bandas como Nirvana y Pearl Jam. Camisas de franela a cuadros, jeans rotos, botas tipo combat y cabello despeinado eran el uniforme de quienes adoptaron esta estética despreocupada, que representaba un rechazo a lo superficial y a la moda impuesta.
Pero no todo era oscuro o alternativo. Los colores neón, los pantalones cargo y los tops brillantes dominaron también las fiestas y los videoclips, en parte influenciados por el auge de los canales musicales como MTV. Artistas como Britney Spears, Spice Girls y NSYNC impusieron un estilo más pop, juvenil y atrevido que se replicó en revistas, programas de televisión y hasta en los uniformes escolares con mochilas fosforescentes y zapatillas con plataforma.
La moda urbana también tuvo su auge gracias al hip hop y el R&B. Marcas como FUBU, Tommy Hilfiger, Adidas o Nike se convirtieron en símbolo de estatus y estilo. Las gorras hacia atrás, los pantalones holgados y los conjuntos deportivos eran comunes tanto en videos musicales como en el día a día de jóvenes que querían imitar a sus ídolos musicales.
En el ámbito infantil y juvenil, la influencia de programas como Sabrina, la bruja adolescente, Clarissa lo explica todo o El príncipe del rap dictaba tendencias. Los overoles, las playeras con estampados psicodélicos, los chokers, las mini mochilas y los scrunchies (ligas de tela para el cabello) eran parte esencial del guardarropa de cualquier adolescente noventero.
Además, los peinados y el maquillaje tenían su propio lenguaje. El cabello con mechones rubios, los rizos desordenados, el delineador oscuro y los labios en tonos marrón o cereza marcaron la estética tanto de hombres como de mujeres. El look natural pero “despreocupadamente cuidado” era la meta.
Más allá de la ropa, los 90 también dejaron una fuerte marca en la actitud. La juventud de la época adoptó una postura relajada, sin miedo a experimentar y con una fuerte carga de individualismo. Era una década en la que se buscaba destacar siendo uno mismo, sin seguir patrones estrictos.
Hoy, con la moda cíclica como aliada, muchas de estas tendencias han regresado reinterpretadas para las nuevas generaciones. Los crop tops, los mom jeans, las plataformas y los accesorios llamativos están de nuevo en las tiendas, mezclando lo vintage con lo contemporáneo. Lo que alguna vez fue símbolo de rebeldía o juventud, ahora es también una forma de reconectar con una época que sigue inspirando.
Porque si algo demostraron los 90, es que el estilo no es solo lo que se lleva, sino cómo se vive.